Incondicionales de la baguette y del queso, poco trabajadores, refunfuñones y arrogantes, pero también elegantes y sibaritas. En efecto: hablamos de los famosos estereotipos sobre los franceses. Así es, los habitantes de la Galia tienen adheridas a la piel una serie de ideas preconcebidas, a menudo paradójicas. ¿Por qué son estas tan persistentes? ¿Cuáles son los factores históricos que nos pueden explicar la existencia de estos estereotipos? ¿Cómo nos comparamos con respecto a nuestros vecinos europeos? Pregunte a un grupo de personas no nativas sobre cuáles son los estereotipos que asocian con los franceses. ¡No dejará de sorprenderle! Tras esta breve reflexión conjunta, verá que muchas ideas se repiten de manera más o menos justificada.
Si tuviéramos que resumir rápidamente los prejuicios sobre los franceses más recurrentes, este sería el resultado: 1) En cuanto a la vestimenta, el francés típico lleva siempre una boina, un pañuelo rojo y un jersey de rayas llamado «marinero». 2) A los franceses les gusta ir de un lado a otro con una baguette bajo el brazo porque comen todos los días sin moderación. 3) La cocina y las comidas tienen un lugar de especial importancia en su vida. Francia es el país del queso, del vino tinto, de los caracoles y de las ancas de rana. 4) Los franceses trabajan poco, les gusta especialmente irse de vacaciones y les gusta manifestarse o hacer huelga por todo. 5) Las francesas encarnan la elegancia, prestan especial atención a la línea y disfrutan con la alta costura. 6) Los franceses, sobre todo en París, no son un gran ejemplo de amabilidad y educación: son muy directos, hasta arrogantes, y condescendientes con los demás, sobre todo con los turistas. 7) Los franceses son adeptos de la galantería y muy románticos. 8) No son un gran ejemplo de higiene, lo que explica su gran afición a los perfumes. 9) Los franceses no son muy duchos en lenguas extranjeras. 10) Refinados y con curiosidad por todo, los franceses disfrutan con la literatura, los «cafés filosóficos» y los interminables debates para cambiar el mundo.
En cuanto a la baguette, las 35.000 panaderías que hay en Francia venden casi 6.000 millones de baguettes al año. En otras palabras, aunque el consumo de pan cae en Francia cada año, ¡los franceses no están preparados para deshacerse de su sagrada baguette! En Europa, los franceses no son los que más pan consumen. Los alemanes, los búlgaros, los serbios, los chipriotas y los griegos nos llevan mucha ventaja. Por ello, con sus 85 kg por persona y año, los alemanes ganan por goleada comparado con nuestros modestos 58 kg al año. En cuanto a las costumbres culinarias francesas, cierto es que la comida es un momento sagrado. En Francia, al contrario que en Alemania o en Suiza, la pausa para la comida puede superar la hora u hora y media. La gastronomía francesa (sobre todo la bollería) es famosa en todo el mundo. En cuanto a las famosas patatas fritas, hay que decir desde ya que no se sabe a ciencia cierta si las inventaron los franceses o los belgas. Es una exageración decir que los franceses trabajan poco. Cierto es que el horario laboral legal no puede superar las 35 horas a la semana, poco comparado con Alemania o Estados Unidos (40 horas). Dicho lo cual, los franceses son un 15% más productivos que los alemanes, y tenemos cinco semanas de vacaciones pagadas al año, como en muchos países. ¿Los franceses comen mucho queso? Aquí, ¡nada que discutir! Con más de 26 kilos de queso devorados al año por persona, somos los reyes absolutos sobre este tema. En cuanto al mote de «froggies» o de «frog-eaters» que nuestros vecinos allende la Mancha nos dedican, no parece estar justificado. No olvidemos que las ancas de rana se consumen sobre todo en fiestas o en restaurantes. Además, también se comen en la Louisiana, en el Caribe, en Quebec y en algunos países de África. ¡Por ello no es algo típico francés!
Al igual que hay clichés nacionales, tenemos clichés regionales. Si has visto la película "Bienvenidos al Norte", los del Sur tienen ciertas ideas preconcebidas sobre el clima y la mentalidad de los habitantes de la región de Hauts-de-France (el antiguo Nord-Pas-de-Calais). En esta película, los sureños piensan que en esta región siempre hace frío y llueve, mientras que la Bretaña, Normandía o la región parisina tienen más o menos los mismos días de sol. Por no hablar de otros clichés que se asocian con esta región de telerealidad, minas de carbón y cierta debilidad por las bebidas alcohólicas... Cualquiera que haya puesto un pie en Francia ha podido ver que son pocos los franceses que se pasean con boina y jersey de rayas, por decir algo. La boina la llevan sobre todo los bearneses y los vascos. Las boinas verdes de los legionarios y las grandes boinas de la infantería de montaña también son una leyenda. En cuanto al jersey marinero, se ve sobre todo en Bretaña. Se dice de los bretones que tienen la cabeza dura, es decir, que son tercos. El bretón típico rechaza la autoridad exterior (¿acaso Astérix el galo, el que se rebela contra los romanos, no era bretón?). El motivo por el que los bretones defienden su idioma y están orgullosos de su bandera es por haber sido víctimas de los prejuicios a lo largo de la Historia. En la actualidad utilizamos la palabra «plouc», un término peyorativo, para definir a alguien patán, torpe o desarrapado. Pues bien, fíjate que algunos historiadores opinan que los parisinos utilizaban esta palabra a principios del s. XX para hacer referencia a los bretones que llegaban a la capital a trabajar. Todos tenemos pues algunas opiniones preconcebidas, más o menos positivas, sobre los distintos grupos de personas. Y los franceses no son la excepción de la regla. Algunos estereotipos sobre los franceses son graciosos de lo poco que se parecen a la realidad, mientras que otros se acercan mucho a la verdad y tienen una explicación lógica. Para comprobar la exactitud de las ideas actuales sobre los galos, no hay nada mejor que venir y crearse su propia opinión. ¡Ha llegado el momento de venir a Francia y a su Costa Azul! Photo by: @Darren Coleshill
Estancia de idiomas en el Centre International d'Antibes