Si la Costa Azul es hoy un destino turístico imprescindible, se lo debe sobre todo al clima templado del invierno y a sus 120 kilómetros de playas que comienzan a tener afluencia en marzo.
Los 12 millones de personas que la visitan cada año aprecian indudablemente sus 300 días de sol al año y la concentración de lugares turísticos que la Costa Azul ofrece en sus principales ciudades. Desde la frontera con Italia, Menton, Mónaco, Niza, Antibes, Cannes y Grasse rivalizan a nivel de atracciones.
Localidades más pequeñas como Eze, Villefranche, Vence, Saint Paul, Mougins o Saint-Tropez se han unido a ellas. En cuanto a los pueblos del interior, aportan la riqueza de sus tierras y una apertura hacia la naturaleza de los Alpes Marítimos. Todo esto constituye la oferta excepcional de la Costa Azul.
