Construida entre el mar y la montaña, en torno a una de las bahia mas bella del mundo, la bahía de los Ángeles, Niza es hoy la quinta ciudad más grande de Francia.
La ciudad se abrió definitivamente al mundo en la segunda mitad del siglo XIX, con la afluencia de aristócratas y líderes de toda Europa, seducidos por la belleza y el clima de la pequeña ciudad mediterránea que era entonces. Tras convertirse en francesa en 1860, Niza se enorgullece de mostrar a los visitantes su identidad diferente, forjada por una historia que se remonta a la época de los Nikaia antes de los romanos.
Los callejones del barrio antiguo de Niza te transportarán lejos de la Provenza, a algún lugar de Italia. En la plaza Garibaldi, con su aspecto turinés, destaca de manera imponente la estatua del héroe de la Italia moderna.
En cuanto a los restaurantes, compiten entre sí en imaginación por demostrar que la cocina nizarda, aunque cercana a la provenzal y a la italiana, tiene su propia riqueza tradicional. Niza te cautivará con esta diversidad evidente, por todos los sabores que sentirás en el paladar... y por los rayos del sol acariciando tu piel.
Es agradable descubrir la ciudad caminando, en bicicleta o en motocicleta. La nueva red de tranvías ofrece un enlace norte/este vía el centro de la ciudad a través de la avenida Jean Médecin y la plaza Masséna. La red de autobuses es muy eficiente día y noche.La red de bicicletas azules te permite alquilar una bicicleta en la ciudad a un precio muy asequible y dejarla en una de las estaciones cuando hayas terminado de usarla.
Distancias:
La temporada turística solia ser el invierno, cuando la gente venía a disfrutar del suave y soleado invierno de esta pequeña parte del Mediterráneo. Hoy en día en invierno, de diciembre a marzo, la gente de Niza visita regularmente alguna de las diez estaciones de esquí situadas a una hora en coche. Por otra parte, son las playas las que, de mayo a octubre, atraen a los habitantes y turistas de Niza, que de buen grado prolongan sus baños en el mar de marzo a noviembre.
«¿Adónde podríamos ir?», se pregunta una pareja. «¡Visitemos esta ciudad, tiene que ser encantadora, se llama "Nice"! (con acento inglés).
Bromas aparte, esta pregunta tiene multitud de respuestas que podemos resumir de la siguiente manera: el éxito de Niza probablemente se debe a la combinación de sus innumerables atractivos, que explican que la ciudad sea tan popular en verano y tan agradable en invierno. Por citar algunos, destacan sus playas y sus 10 km de paseo marítimo (el famoso paseo de los Ingleses), sus barrios con cafés con terrazas y animados restaurantes, sus tiendas o sus mercados al aire libre, como el de "Cour Saleya" en el casco antiguo que limita con el muy conocido mercado de flores.
El corazón de la ciudad late desde siempre en la vieja Niza, el lugar preferido por los amantes de la noche, si bien otros barrios compiten ahora por este rol, como el de La Libération, que destaca también por su otro mercado popular, o el barrio entre la plaza Garibaldi y el puerto con la plaza del Pin, ahora considerado como el pequeño Marais de Niza.
Niza brilla por el ambiente de sus barrios y por la riqueza que posee, como la arquitectura de la belle époque y los tesoros barrocos que se esconden por toda la ciudad, así como también por la diversidad de su oferta cultural.
La capital de la Costa Azul ha visto como grandes nombres de la pintura moderna pasaron por ella. A día de hoy, el Museo Matisse y el Museo Chagall son testigos de ello, al igual que el MAMAC, el museo de arte moderno de la ciudad. Teatros, salas de conciertos, cines y la ópera ofrecen diariamente un programa cultural de alta calidad que atrae a la población de Niza y a sus visitantes, así como a los habitantes de Antibes (20 km), Cannes (30 km) y Menton (30 km).
Niza es sobre todo una ciudad donde se vive bien, es una de las ciudades con más árboles de Francia y presume de una red muy desarrollada de carriles bici, así como de una red de tranvías moderna y eficiente.