Los numerosos visitantes que viajan a Francia para aprender francés buscan un estilo de vida que todo el mundo nos envidia. Pero, ¿qué es el arte de vivir a la francesa? Aunque es difícil responder brevemente, es innegable que el gusto de los franceses por la gastronomía juega un papel determinante. Aprender francés combinando clases por la mañana con degustaciones y actividades culinarias por la tarde representa un programa ideal. Dado que la gastronomía de la Costa Azul se distingue por platos típicos franceses que reflejan su historia, nada mejor que una inmersión en la cocina francesa local.
La ratatouille, uno de los platos típicos franceses más famosos, ocupa un lugar especial en el patrimonio provenzal. Esta preparación, cuya etimología se remonta al siglo XVIII y que deriva del verbo “touiller” (que significa “remover”), ilustra perfectamente las costumbres culinarias francesas. La ratatouille pone en valor las verduras y los condimentos del terruño mediterráneo: berenjenas, calabacines, tomates, pimientos, cebollas, ajo… Su preparación es objeto de debates: algunos defienden una cocción simultánea de las verduras, mientras que otros prefieren cocinarlas por separado para preservar la identidad gustativa de cada ingrediente. Esta receta tiene similitudes con otros platos regionales, como la piperade vasca, lo que da testimonio de la riqueza de la cocina francesa.
La socca, que forma parte de las especialidades culinarias de la región, está especialmente arraigada en la tradición de Niza. Para los adultos que participan en cursos de francés, gastronomía y vino, es una perfecta introducción a la cocina francesa de la Costa Azul. Preparada con harina de garbanzo, agua y aceite de oliva, necesita ser cocinada en un horno de leña para desarrollar su textura característica. En Niza, se degusta tradicionalmente en el día de Santa Bárbara, que tiene lugar el 4 de diciembre. La degustación de la socca sigue un verdadero ritual: se disfruta muy caliente, a menudo aderezada con pimienta, acompañada de un vaso de rosado de Provenza o pastis. En las callejuelas del Viejo Niza, los vendedores ambulantes siguen la tradición sirviéndola en conos de papel. En resumen, es un tentempié que podría hacer de la socca un representante de la “comida callejera” local.
Para aquellos que desean aprender francés a través de la cocina, la pissaladière es un excelente ejemplo del patrimonio culinario de Niza. Su nombre proviene del occitano “peis salat”, que hace referencia al pescado salado que forma su cobertura. Esta especialidad se basa en una masa de pan artesanal, sobre la cual se coloca una capa de cebollas cocidas lentamente con aceite de oliva. Luego, se añaden filetes de anchoas y aceitunas negras.
Para acompañar una buena pissaladière, los participantes en los cursos de francés, gastronomía y vino en Francia elegirán vinos locales, en particular los de la denominación de origen “Bellet”, cuyos caracteres se combinan perfectamente con los sabores intensos de las anchoas y la dulzura de las cebollas caramelizadas.
Como parte de un programa de gastronomía y vino, la bouillabaisse es una excelente opción. Un vino de Cassis sería el acompañamiento ideal para este plato tradicional que se ha convertido en un plato refinado y bastante costoso. El paradoja es que esta preparación se utilizaba antes para aprovechar los pescados no vendidos o de bajo valor comercial.
La receta requiere pescados específicos ( rascasse, rape, San Pedro, capón, ...). El caldo, al que se le agrega azafrán y que se enriquece con verduras mediterráneas como el hinojo, debe hervir lentamente. Luego, “cuando hierve, se baja” lo que explica el nombre de esta especialidad marsellesa.
Primero, el caldo se vierte sobre tostadas cubiertas de ajo, luego los pescados se presentan por separado. La salsa (llamada “rouille” por su color) es una emulsión a base de ajo, aceite de oliva y pimientos rojos.
Aprender francés para adultos te permitirá entre otras cosas descubrir el aïoli. El aïoli es una comida completa y convivencial cuyo nombre proviene de la fusión de los términos provenzales para ajo ( alh) y aceite ( òli).
La salsa, una emulsión de ajo y aceite de oliva, forma la base de este plato que se puede preparar en varias versiones. El "gran aïoli marsellés" combina bacalao desalado y verduras de temporada ( zanahorias, patatas, coliflor y judías verdes). También debes saber que un buen aïoli se puede disfrutar tanto caliente como frío.
Como escribió Frédéric Mistral, “el aïoli concentra en su esencia el calor, la fuerza y la alegría del sol de Provenza”. Esta cita resume perfectamente el espíritu de este plato familiar. Acompañado de un vino local de las Alpilles, esta especialidad permitirá a quienes deseen aprender francés en Francia disfrutar de una comida deliciosa con un presupuesto bastante modesto.
Aprender francés para adultos te permitirá entre otras cosas descubrir el aïoli. El aïoli es una comida completa y convivencial cuyo nombre proviene de la fusión de los términos provenzales para ajo ( alh) y aceite ( òli).
La salsa, una emulsión de ajo y aceite de oliva, forma la base de este plato que se puede preparar en varias versiones. El "gran aïoli marsellés" combina bacalao desalado y verduras de temporada ( zanahorias, patatas, coliflor y judías verdes). También debes saber que un buen aïoli se puede disfrutar tanto caliente como frío.
Como escribió Frédéric Mistral, “el aïoli concentra en su esencia el calor, la fuerza y la alegría del sol de Provenza”. Esta cita resume perfectamente el espíritu de este plato familiar. Acompañado de un vino local de las Alpilles, esta especialidad permitirá a quienes deseen aprender francés en Francia disfrutar de una comida deliciosa con un presupuesto bastante modesto.
Esta preparación, que se puede encontrar fácilmente en los mercados provenzales y cuya origen se remonta a la Antigüedad, ha mejorado gradualmente. Esta pasta está compuesta por aceitunas negras, alcaparras, anchoas y aceite de oliva, todo ello sazonado con ajo y especias. Originalmente, era una preparación popular simple con alcaparras y hierbas de la garriga, pero ahora encanta a los grandes chefs contemporáneos como Alain Ducasse. Se disfruta principalmente como aperitivo, sobre canapés o como untar.
Los cursos de francés en Francia para seniors son una oportunidad para descubrir la tapenade. Su nombre proviene de la palabra provenzal “tapen”, que significa “alcaparras”, un ingrediente esencial en la receta.
Entre las tradiciones culinarias dulces, la tarta tropézienne encantará a todos los golosos. Esta tarta, nacida en la pastelería de Alexandre Micka, un artesano de origen polaco, adquirió notoriedad en Saint-Tropez gracias a Brigitte Bardot durante el rodaje de la película “Y Dios creó a la mujer”.
Es una especie de brioche suave espolvoreada con azúcar perlado, rellena de una mezcla de crema pastelera y crema de mantequilla, a veces aromatizada con agua de flor de azahar. Aunque es posible hacer esta tarta por uno mismo inspirándose en libros de cocina, la composición de la crema sigue siendo un secreto celosamente guardado: solo tres personas conocerían la receta original de este postre...